Mis secretos

La cocina me ha gustado desde siempre, porque la he aprendido en mi casa, porque siempre ha sido la excusa para pasar un buen rato, para compartir y estrechar lazos.

Casi nunca me cuesta cocinar, aunque trabajo todo el día y me queda poco tiempo, siempre saco un rato para preparar la comida. Además, me gusta comer bien, no puedo negarlo, así que tengo triple motivación: me relaja cocinar, me resulta placentero comer, y me encanta cuidar a los míos, y esa me parece la mejor forma.

A lo largo de los años, he aprendido a organizarme de forma que pueda ahorrar tiempo y conseguir comer lo mejor posible. Es cierto también que compramos buen producto, y no nos vale cualquier cosa. 

PRINCIPIOS IRRENUNCIABLES:

  1. Utilizar producto fresco de calidad y proximidad es garantía de salud y de sabor. Además, contribuimos al desarrollo de los pequeños comerciantes, agricultores y ganaderos, y otros profesionales de nuestro entorno más próximo, en detrimento de las grandes superficies y grandes industrias.
  2. Seguir las bases de la dieta mediterránea, que fue declarada patrimonio inmaterial de la humanidad en 2010, y por tanto, se considera un legado digno de ser conservado y transmitido, además de asociarla a un estilo de vida que equilibra al individuo con su entorno. La evidencia científica sobre sus beneficios para la salud es indiscutible, y sabemos que nuestra salud mejora cuando nos alimentamos mejor.

PAUTA GENERAL:

  1. Tomamos frutas y verduras todos los días, cocidas y crudas.
  2. Comemos legumbres un par de veces a la semana, tanto en verano en forma de ensalada, como en invierno en un buen potaje.
  3. En cuanto a proteínas, tomamos pescado al menos dos o tres veces por semana. Las carnes rojas las limitamos a una vez por semana, y el resto de días alternamos huevos, pollo, conejo, pavo…
  4. Reducimos en lo posible (aunque a veces con niños es difícil) la ingesta de azúcares, harinas refinadas, grasas animales, grasas saturadas, comidas preparadas, procesados industriales… Es verdad que el cuadrito de chocolate negro después de cenar, no soy capaz de perdonarlo.
  5. Nos gusta el buen jamón y los embutidos, como a casi todo el mundo, pero intentamos limitarlos a las ocasiones especiales o el fin de semana. Comemos poca cantidad, pero de buena calidad.
  6. Hacemos caldo de pollo y verduras, caldo de pescado, y también cremas de verduras una vez a la semana, para tener organizadas las cenas de los días de trabajo. Así es fácil, con una tortilla, pescadito o similar, apañar la cena en un santiamén. En verano, hacemos menos sopas y más ensaladas.
  7. Nos gustan las comidas de plato único, sobre todo en invierno, como los potajes, estofados con patatas, arroces, platos de pasta… Son platos completos con carbohidratos, proteínas y verduras, que resultan ideales para comer, junto con una ensalada, zumo verde, gazpacho o cualquier otro entrante de verdura fresca.
  8. No solemos tomar alcohol entre semana, pero sí que tomamos alguna cervecita, vino, cava en comidas con familia y amigos los fines de semana. Y algún buen cóctel también nos permitimos de vez en cuando. A diario, simplemente bebemos agua.
  9. Nos encanta el buen pan, es decir, el pan de verdad. Tomamos un bocadillo pequeño o una tostada para desayunar. A mediodía, procuramos no comerlo si el guiso ya lleva carbohidratos. Pero si hay algún plato de carne o pescado en salsa, nos es imposible comer sin mojar pan, así que compensamos haciendo un primero de verdura o ensalada.
  10. Intentamos cenar pronto, poca cantidad y sin carbohidratos. Parece que si damos al sistema digestivo un reposo de 10 o 12 horas, descansamos mejor y nos sentimos menos inflamados al día siguiente.

UTENSILIOS NECESARIOS:

Teniendo tan poco tiempo, me resulta imprescindible la olla rápida, en tamaño pequeño para los estofados y en tamaño grande para los caldos. No escatimo en esto, y compro las mejores y más seguras del mercado, pues me duran bastantes años. Si no usara estas ollas, difícilmente podría hacer algo más que pollo, pescado o bistec a la plancha. Además de estas dos ollas, y de las sartenes y los cazos habituales, necesito una cazuela pequeña de dos litros y una cazuela grande y baja para arroces o pescados y carnes en salsa.

TRUCOS FACILITADORES:

  • Cada 10 o 15 días, preparo los sofritos. Pico, muy pequeña, cada verdura con la picadora. Las sofrío lentamente por separado, y las guardo en botes de cristal pequeños. Esa base me permite hacer guisos, salsas y estofados de forma muy rápida toda la semana. Todos los guardo en la nevera, en bote pequeño de cristal, con una capa fina de aceite de oliva virgen extra (aove) por encima. Me duran hasta dos semanas. Suelo tener tres sofritos: un bote de ajo, un bote de cebolla dulce, y un bote de pimiento rojo. Además, siempre tengo también un bote de tomate triturado natural y un bote de pasta de ñora. Es increíble la cantidad de recetas que podemos hacer en un momento con estas verduras previamente preparadas.
  • Por otro lado, uso legumbre ya cocida. La marca que más me gusta es Camporel. Me parecen pura mantequilla.
  • También suelo preparar caldos cada semana: un caldo de pollo y verdura, un caldo de rape o merluza, y una crema de verdura. Parece mucho trabajo, pero cuando el viernes por la tarde vuelvo del mercado, lavo los ingredientes y los echo en la olla, y mientras se hacen los caldos, acabo de guardar la compra. Cuelo bien los caldos y los guardo en botes de cristal, de los que compro con la legumbre. Cuando se enfrían, los pongo en la nevera para las cenas de la semana. Me salen tres botes de caldo de pollo y dos botes de caldo de pescado. A veces, también los gasto para algún arroz o paella del fin de semana. Si lo tengo ya previsto, añado más cantidad de ingredientes y obtengo más caldo.

Cada uno se organiza como mejor le parece, pero a mí, después de muchos años de trastear en  la cocina, me resultan muy cómodas estas preparaciones previas, y así voy muy tranquila toda la semana. Después de trabajar, me queda tiempo para hacer cosas que me gustan, en mi caso, pasear, pilates, canto, cine, concierto… o  simplemente un buen ratito de la lectura o la serie que tengo entre manos esa semana.

El último comentario es para LA SALUD. Salvo que haya un problema en este sentido, como enfermedades, intolerancias o lícitas convicciones que nos impidan comer de todo, hay que aplicar un poco el sentido común. Hoy en día disponemos de información fiable sobre hábitos de vida saludable, y seguro que podemos encontrar la forma de disfrutar de la cocina y de los pequeños placeres gastronómicos, teniendo también muy presente nuestra salud. Así que… a disfrutar!

Anita Mandarina